11 de enero de 2015

José Claramunt, el gran pulmón valenciano que protagonizó el cambio de década en un Valencia campeón.

José Claramunt ha sido con Puchades y Albelda el tridente valenciano más aclamado en la historia de Mestalla. La cuota de ADN de la la “terreta” en estado puro. Sus inicios fueron en la escuela del Valencia CF y en el Saguntino pero fue Mundo, su primer entrenador en el Valencia, quien le doy la oportunidad de participar en la Pequeña Copa del Mundo de Caracas de 1965 en la que venció el Valencia para iniciar su carrera meteórica. No menos importante sería su carrera en la selección nacional ya que consiguió ser internacional con sólo 22 años y se convirtió en el primer valenciano que ostentó la capitanía de una selección española de fútbol con la que tuvo 23 internacionalidades. Aunque siempre le gustó la banda derecha, era un portento, un pulmón de muchos quilates en cualquier puesto desde el medio campo hacia arriba pudiendo atacar, defender y el uno contra uno lo hacía bien. Es decir, un comodín, una apuesta segura que tenía habilidad en las dos piernas. Solo flaqueaba notablemente en el juego aéreo pues su escasa altura no le permitía grandes alardes aéreos pero hasta en posiciones retrasadas se convirtió en un gran goleador. También en la suerte de los penalties se convirtió en protagonista pues fue el lanzador oficial de penalties del equipo, con una gran fiabilidad pues su disparo potente y ladeado hacía difícil al portero poder atajarlos.

Entre sus logros, disputó cuatro finales de Copa y ganó la de 1967. También fue campeón de Liga en el 71, disputando los treinta partidos de aquella temporada ya que en su permanencia en el Valencia hasta la temporada 77-78 apenas se perdió partidos oficiales. Como curiosidad, diré que contra Dinamarca protagonizó una de las expulsiones más tontas de la historia al salir tres veces seguidas de la barrera. Como resumen, el gran Di Stéfano le daba total libertad al decirle que hiciera lo que le diera la gana pues el centro del campo era para él. El campo del Puzol lleva su nombre y su homenaje no le llegó hasta veinte años después de retirarse.