28 de mayo de 2016

No diga Kempes...diga !dios!...


Hablar de Mario Alberto Kempes Chiodi es hablar sin paliativos del mejor jugador de la historia del Valencia. Sin dudas, por prestigio, por internacionalidades, por el clamor del público cuando volaba con el balón, por una melena al viento que perseguía a duras penas a un tipo endiablado, mágico como pocos, superlativo en sus diagonales.  (Belle Ville, 1954) Futbolista argentino, empezó a patear el cuero en el pasto de una escuela pública de su ciudad natal y en el equipo de su barrio, el Platense, del que pasaría al Talleres de Belle Ville, después al Córdoba y más tarde al Rosario Central. En 1974 tuvo su primer gran escaparate mundial al ser seleccionado para jugar la Copa del Mundo celebrada en Alemania. Y a mediados de 1976 debutó en el fútbol español al fichar por nuestro querido Valencia. Lo que entonces fue una cantidad astronómica, 30 millones de pesetas, se convierten con el paso de los años en la mayor de las gangas pues en el césped del Luis Casanova dejó plasmada su facilidad para el gol obteniendo el Trofeo Pichichi al máximo goleador de la Liga ya en su debut (76-77 con 24 goles y 77-78 con 28).
Pero su explosión mediática y deportiva, mezclada con locura popular y colectiva, llegó con el Mundial de 1978 celebrado en su país, donde Kempes fue campeón con su selección, goleador del torneo y máxima figura de la competición. Una vez transferido de Rosario Central a Valencia, Kempes llegó al Mundial 1978 como el único futbolista del plantel argentino que jugaba en el extranjero.
Casado con una valenciana, tuvo con ella sus tres primeros hijos. Los títulos que consiguió como equipo con el Valencia fueron la Copa del Rey de 1979 al vencer en la final al Real Madrid por 2-0 consiguiendo él los dos goles. En esta competición, el Valencia había eliminado al Barcelona, anterior campeón, contra el que había perdido en el partido de ida en el Camp Nou, 4-1, y consiguiendo una espectacular remontada en el partido de vuelta por 4-0. La Recopa de Europa del 14 de mayo de 1980 ante el Arsenal inglés se solucionó en la tanda de penaltis pues el tiempo reglamentario acabó sin goles, tanda en la que Kempes falló el suyo, y convirtiéndose en el máximo goleador de la competición con 9 goles. En esta competición, también eliminó al anterior campeón, el FC Barcelona. Y la Supercopa de Europa en diciembre del mismo año contra el vigente campeón, Nottingham Forest, en una competición que el Barcelona jugó la final anterior y perdió. Su asignatura pendiente fue que nunca pudo ganar la Liga española, a pesar de contar con una gran plantilla.
En el ocaso de su carrera volvió a Argentina en marzo de 1981 para fichar por el River Plate por 300 millones de pesetas. Pero, al no poder el club argentino cumplir con todos los pagos, regresó al Valencia CF la temporada 82-83 para permanecer hasta la 84-85.
Su partido homenaje se celebró en abril de 1993 en un enfrentamiento con el PSV Eindhoven que terminó con un abultado 5-6 y donde el “matador” dejó aún destellos de su poder marcando tres goles, los mismos que marcó el astro Romario.  En noviembre de 2011 se le volvió a homenajear en un partido contra el Español.


Como digno premio a su trayectoria, Kempes fue declarado en 2013 como embajador mundial del Valencia por ser ídolo del valencianismo y referente para su masa social. La reacción del gran astro fue: “Llevo al Valencia en mi corazón y transmito ese sentimiento por todo el mundo. Valencia es mi casa, siempre lo fue y siempre lo será, pero ahora con el cargo de embajador mundial del club tendré la suerte de estar en la ciudad, visitarla con asiduidad”. Por todo ello y mucho más “No diga Kempes….diga ¡dios!